jueves, 30 de junio de 2016

RESEÑA DE LA GITANILLA


RESEÑA DE LA GITANILLA

Se conmemora este 2016 el IV Centenario de la muerte de Cervantes y en nuestro club de lectura no hemos querido dejar pasar este año cervantino sin releer algo del Príncipe de los Ingenios.

Después de El Quijote, las Novelas ejemplares se cuentan entre sus obras más leídas, así que elegimos una de ellas, La gitanilla, para homenajear a Cervantes por un aspecto que nos parece admirable e incontestable: su modernidad.
 
Cervantes fue un hombre muy inteligente, se podría decir que adelantado a su tiempo. Muestra rasgos de una modernidad de pensamiento que se basa, como no podía ser de otra manera, en su amplia experiencia vital, en la gran cantidad de  lugares que recorrió, en la lectura y el conocimiento de la literatura clásica y de las tradiciones literarias tanto españolas como italianas, portuguesas… y la fusión de lo que a él le parecía más importante de las mismas. Esto hizo que abriese caminos que aún se siguen cuatrocientos años después de su muerte.
                
Con El Quijote trazó una inflexión en la línea evolutiva de la Literatura; es la primera novela moderna. Consigue realizar una gran crítica social a través del humor y crea unos personajes vivos, con matices, que cambian a lo largo de la obra. Pero también en sus Novelas ejemplares logra ser original pues con ellas introdujo el género de la novela corta en castellano.

En las Novelas ejemplares vemos una visión moderna, muy moderna para su época, de la mujer. Quizá sea excesivo decir que fuera feminista, pero así nos lo parece desde nuestra perspectiva. Y consigue serlo de forma disimulada ante la Inquisición.

En las Novelas ejemplares las mujeres actúan impulsadas por el amor. Suelen ser adolescentes hermosas descritas con los tópicos renacentistas. Son audaces, ingeniosas e incluso astutas.  Pretende demostrar que la principal guardadora de su honra es la propia mujer. Son decentes y decorosas y a veces religiosas. La alta alcurnia y la nobleza de sentimientos les dotan de dignidad y honorabilidad. Las protagonistas son raptadas. Casi todas las obras acaban felizmente, con el matrimonio de los enamorados.

De los personajes femeninos, los protagonistas son más comedidos, más recatados y honestos que los secundarios, que a veces son demasiado atrevidos y hasta descarados, e incluso crueles y malignos.

La gitanilla cuenta la historia de Preciosa, una joven robada de la cuna por una gitana que la educó como nieta suya y que le enseñó todas sus gitanerías. La gitanilla era excelente bailadora, recitadora de romances y además de hermosa y discreta, sabía leer y escribir. Los que la conocían quedaban encantados y se lamentaban de que fuese gitana. Con solo quince años da muestra de un gran raciocinio y picardía. Y conoce perfectamente la psicología femenina a pesar de su corta edad.

Es una gran observadora de la sociedad contemporánea y critica la poca inteligencia de los encumbrados, que se rodean de bufones y solo desean pasarlo bien y reírse, menospreciando la inteligencia y la sensatez.

Se muestra prudente en el amor, como una mujer madura. Hace hincapié en el valor de la virginidad. Y ella impone a Andrés, el caballero noble que la pretende, una serie de condiciones. Entre ellas convivir con los de su raza durante un tiempo. Cuando es aceptado por los gitanos, estos le admiten y le adjudican a Preciosa. Entonces ella se rebela y dice que aunque los gitanos le puedan entregar su cuerpo, su alma es libre.

El enamorado, por su parte, se enfrenta a todas las convenciones sociales y a las expectativas de sus padres por lograr el amor de Preciosa. Se somete a las condiciones de la joven y renuncia al papel de control y dominación que tradicionalmente se adjudicaba al varón.

Algunas veces Andrés se siente celoso e intenta recortar la libertad de movimientos de la muchacha, pero ella con gran madurez le dice que los celos nublan el entendimiento. Al final de la obra se descubre que la gitanilla es de linaje ilustre.

Entre los personajes femeninos secundarios se hallan Cristina, compañera de Preciosa, que a veces siente celos de ella. La gitana vieja, con la sabiduría que dan los años y la experiencia. Es astuta e interesada, ladrona y conoce remedios de la medicina popular.

Juana Carducha, hija de la viuda dueña del mesón, contrasta con Preciosa. Es egoísta, taimada y vengativa. No duda en mentir para conseguir el amor de Andrés, de quien se ha encaprichado.

Cervantes conoce bien la psicología femenina, lo que se observa tanto en los personajes aristocráticos como en los de origen popular. El lenguaje de los primeros es refinado y el de los segundos más ágil y familiar, con rasgos de humor.

Cervantes valora positivamente a la mujer. La ve con atributos como la prudencia, la honestidad, la gracia, la bondad, la inteligencia, la picardía, la habilidad para defender su honra y sus derechos, la perseverancia y la valentía.

Utiliza los personajes secundarios para mostrar el descaro, la obsesión por cazar a los hombres y el comercio con el propio cuerpo.

En estos relatos siempre son las mujeres las heroínas. Cervantes muestra su simpatía y admiración hacia ellas. Casi siempre salen victoriosas y siempre las defiende y las deja en buen lugar. Propugna su derecho a la libertad, sobre todo al elegir esposo.

En las Novelas ejemplares se encumbra a la mujer, tratándola como persona, con la misma dignidad del varón y a menudo más que él.

Utilizar la palabra feminista para definir la visión que Cervantes tenía de las mujeres quizá sea excesivo, pero da una gran lección de igualdad de la que pueden aprender muchos incluso en nuestros días.

Carmen T