sábado, 19 de enero de 2019

RESEÑA LAS CENIZAS DE ÁNGELA


LAS CENIZAS DE ÁNGELA DE FRANK McCOURT

“Cuando recuerdo mi infancia me pregunto cómo pude sobrevivir siquiera. Fue, naturalmente, una infancia desgraciada, se entiende: las infancias felices no merecen que les prestemos atención. La infancia desgraciada irlandesa es peor que cualquier otra infancia desgraciada, pero la infancia desgraciada irlandesa católica es la peor de todas.

En todas partes hay gente que presume y que se lamenta de las penalidades de sus primeros años, pero nada puede compararse con la versión irlandesa: la pobreza; el padre, vago, locuaz y alcohólico; la madre, piadosa y derrotada, que gime junto al fuego; los sacerdotes, pomposos; los maestros de escuela, despóticos; los ingleses y las cosas tan terribles que nos hicieron durante ochocientos largos años.

Sobre todo… estábamos mojados.”

Así comienza Las cenizas de Ángela del escritor tardío Frank McCourt. Es un libro de memorias narrado en presente con la voz del niño que fue. Nacido en Nueva York en 1930, en plena  Gran Depresión, sus padres, emigrantes irlandeses, regresaron a su tierra natal, pero el panorama que encontraron no distaba nada de lo que dejaban en América.

Las cenizas de Ángela  cuenta la vida de Frank Mc Court en Irlanda hasta su regreso  a Nueva York con diecinueve años.

Es una novela durísima, donde el autor critica con fina ironía lo que él llama los grandes demonios de su vida.  El nacionalismo, el catolicismo y la pobreza, junto con el alcoholismo de su padre, marcaron su existencia desde niño hasta que, gracias a los libros, consiguió liberarse de todas esas cadenas que le ataban. Otra atadura más fue su madre, que da nombre al título del libro. Por respeto hacia ella, que no hubiera querido que nadie conociera la miseria por la que pasó su familia, McCourt hubo de esperar a la muerte de ésta para escribir los recuerdos de esa vida de pobreza extrema que su familia tuvo que soportar. Así, en 1996 publicó la novela, que fue un éxito rotundo y al año siguiente le hizo merecedor del Premio Pulitzer y el Boeke.

Escribió dos continuaciones: Lo es, sobre la vida del protagonista como emigrante retornado a América y El profesor, donde cuenta sus experiencias como profesor de Literatura.

Las cenizas de Ángela es una novela bella y triste que nos ha atrapado desde el primer párrafo. El autor cuenta con crudeza pero sin rencor ni autocompasión, con la ingenuidad de la mirada infantil, su voz antiliteraria y pinceladas de fino humor,  una historia de supervivencia en unas circunstancias tozudamente adversas de las que consigue salir victorioso gracias a la cultura, a los libros.

En una entrevista realizada aquí, en España, dice: “Cuando era un niño de los callejones soñaba con mudarme a una de aquellas calles con casas bonitas y comida y bicicletas y ropa; vivía al mismo tiempo mi realidad y mis deseos, y decía ‘algún día haré dinero y tendremos una casa con muebles y con sábanas en la cama y ropa bonita y luz eléctrica’; ése era mi gran sueño”. Y  lo logró. Y nos dejó este relato maravilloso para mostrarnos cómo es la pobreza y cómo sólo puede superarse a través de los sueños. Para continuo deleite de lectores porque Las cenizas de Ángela no tiene fecha de caducidad.

Carmen Truchado