sábado, 22 de febrero de 2020

EL TALLER DE BICICLETAS


RESEÑA: EL TALLER DE BICICLETAS

 

Todos guardamos al menos trece secretos a lo largo de nuestra vida. Esa es la conclusión de un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology de Estados Unidos. De esos secretos, al menos cinco, los realmente importantes, no se los hemos contado a nadie, en parte para prevenir la vergüenza.
Un secreto es una gran carga, es como llevar una mochila cargada de piedras. Su peso nos aleja de nuestras metas y nos hace evitar todo lo que pueda conllevar una crítica negativa hacia nosotros.
La única forma de liberarse de ese peso es contar el secreto, compartirlo con alguien, pero es necesario confiar en la capacidad de esa persona para guardarlo, es decir, confiar en su lealtad.
En la lectura de El taller de bicicletas, un cuento para adultos escrito e ilustrado por el mundialmente conocido ilustrador francés Sempé, encontramos al protagonista teniendo
que soportar la carga de un secreto que afecta de forma importante a su vida y a sus relaciones con la gente.
Para el mejor mecánico de bicicletas del mundo, el no saber montar en bici es un secreto inconfesable. Pero Taburin sabe que ha llegado el momento de enfrentarse a su miedo y confesar a Figougne, un fotógrafo empeñado en hacer un reportaje sobre él, que a pesar de sus infinitos intentos, no ha logrado aprender a montar en bicicleta. Sin embargo, no sólo no le descubre su secreto sino que está a punto de perder la vida en un aparatoso accidente por darle a su amigo la oportunidad de lograr una gran fotografía.
Todo el mundo guarda secretos, y Figougne confiesa a Taburin que la fotografía que les hizo famosos a ambos se produjo de forma accidental, al caérsele la cámara.
El descubrimiento mutuo de sus secretos no sólo reforzó su amistad, sino que les liberó de la melancolía que les apesadumbraba y ensombrecía sus vidas.
        Carmen Truchado