RESEÑA: LA MUERTE DE UN VIAJANTE, DE ARTHUR MILLER
Cuando el dramaturgo y escritor Arthur Miller escribió La muerte de un viajante sólo pensaba en
eso, en un viajante, pero el público y la crítica coincidieron en que era mucho
más: un drama que ponía en cuestión el modo de vida americano, las
consecuencias sociales del capitalismo en occidente, la deshumanización de la
sociedad.
La obra recibió numerosos premios, entre ellos el Pulitzer.
La siguieron un buen número de obras notables, emblemáticas, que convirtieron a
Arthur Miller en un clásico vivo.
Durante toda su vida y obra Miller desarrolló un gran
activismo político y social, siendo objeto de la caza de brujas llevada a cabo
por el presidente McCarthy. Antimilitarista, denunció la guerra de Corea y la
del Vietnam. Tuvo algún intento en el mundo de la política. Se aproximó al
marxismo pero, decepcionado, acabó criticándolo también.
Estuvo casado en tres ocasiones, la segunda de ellas con
Marilyn Monroe. En 2002 recibió el premio Príncipe de Asturias. En 2004 se
estrena su última obra y en 2005 muere, a los 90 años de edad. Sus obras siguen
representándose en todo el mundo, plenas de actualidad.
La muerte de un
viajante cuenta la historia de Willy Loman, un vendedor que diseña su vida
y la de sus dos hijos en función de una máxima: que para triunfar en la vida
hay que ser una persona decidida, simpática y seductora. Sus hijos le creen y
le siguen, lo que les hace caer en los
mismos errores.
Él en realidad es un fracasado; después de muchos años trabajando
no ha visto cumplido su sueño. Y no puede soportarlo, nunca ha podido, así que
se ha ido inventando un personaje triunfador y a fuerza de mentiras y
autoengaño ha terminado encerrado en un
mundo de ilusión.
En la obra vemos momentos en que vive su fantasía y otros en
los que la realidad se impone con crudeza.
Miller utiliza la técnica retrospectiva o de flashbacks para
ir mostrando el principio de causalidad; el pasado explica el presente, se
recoge lo que se siembra. Así, critica la educación permisiva de los hijos por
parte de sus padres. Critica la sociedad de consumo, que hace que toda la vida
gire en torno al dinero y los bienes materiales, esclavizando a las personas. Critica
el culto a la apariencia, la superficialidad y falta de valores que determinan las relaciones humanas. Critica lo
ilusivo del sueño americano y deja al descubierto la gran llaga del
fracaso.
Linda, la esposa, es el personaje más patético. Relegada a
ser la sombra del marido, sin recibir nada más que desprecios por su parte,
lleva una vida vacía cuya función es apoyar y alentar al hombre desde un segundo
plano, siempre a su servicio, y es la que le ayuda a sostener la farsa que ha
creado y contribuye sin quererlo a hacer que no pueda salir de ella.
a imagen de Ben, el hermano muerto de Willy, representa el
triunfo económico y se aparece cuando Willy está más hundido para seguirle
recordando que su sueño es posible. En contraposición está la figura de
Charley, simbolizando el principio de realidad. Willy es capaz de aceptar el
dinero de su amigo, pero no el empleo que le ofrece, porque eso significaría reconocer
que toda su vida ha estado equivocado.
Willy es un personaje que a veces roza lo ridículo, siendo
su muerte la que le pone en valor, pues es capaz de morir por su sueño, para
que sus hijos puedan lograrlo.
De todos los personajes sólo Biff, el hijo mayor, llega a tomar
conciencia de la realidad: al final se da cuenta de que son gente normal y
corriente, acepta su fracaso y reconoce que tenían unos sueños equivocados,
consiguiendo así salir del círculo de engañosa ilusión en que vivían atrapados
y empieza a ser libre.
Carmen Truchado